El IGP publicó el Mapa de Acoplamiento Sísmico, en el cual se muestran las áreas del país donde se está acumulando «deformación» y donde, en el futuro, la energía se liberará con sismos de gran magnitud.

Al respecto, Hernando Tavera, jefe del IGP, precisó que, en la costa central del Perú, que incluye a Lima, se está acumulando deformación desde hace más de 275 años.

Según comentó a la agencia Andina el jefe del IGP, Hernando Tavera, no solo la costa de Lima sufriría sismos de gran tamaño, sino que también están en riesgo Ancash, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna.

«Somos un país altamente sísmico, y tenemos que entender que los sismo no entienden de pandemia, simplemente ocurre cuando tienen que ocurrir, y tenemos que estar siempre preparados», manifestó.

El acoplamiento sísmico, explicó, ocurre cuando las placas tectónicas (Nazca y Continental) no pueden desplazarse normalmente y forman protuberancias que, con el tiempo, tratan de liberarse de alguna manera, provocando movimientos telúricos de diferentes proporciones. 

“Cuando las placas tectónicas tienen dificultades en su desplazamiento y empiezan a deformarse y retroceder, ocurre un acoplamiento y allí se forman protuberancias. Entonces, tiene que existir un mayor esfuerzo para vencer esas resistencias y es allí cuando se producirían los próximos sismos de magnitud”, dijo Tavera.

Según el experto, en el caso de Lima se pronostica un movimiento telúrico de magnitud 8.8 por el silencio sísmico desde el terremoto de 1746, cuando cerca del 10% de la población perdió la vida. En el caso de Ica y Arequipa, la magnitud del sismo estaría cercana a 8. 

Agregó que los sismos son cíclicos en el tiempo y es de esperarse que las zonas afectadas por terremotos en el pasado se vean nuevamente perjudicadas por eventos de igual o mayor magnitud, dependiendo de la acumulación de energía por liberar.

El titular del IGP indicó que en el Perú está en marcha el proyecto de Sistema de Alerta Sísmica, que ayudará a dar la señal de alerta a la población en caso de sismo. Este sistema, que entró en funcionamiento en el 2020, estará terminado en el primer trimestre del año 2022 luego de las pruebas y evaluaciones respectivas.

“Estamos colocando 106 sensores a lo largo de la zona costera. Cuando ocurra el sismo, vamos a poder dar una alerta inmediata a las zonas urbanas. Las ondas de comunicación viajan a velocidades mayores a 300 kilómetros por segundo y las ondas de los sismos viajan a 6 kilómetros por segundo. Esa diferencia de velocidad es la que estamos utilizando para alertar a la población, es decir, nos da una ventaja de unos 10 segundos para que la gente se proteja”, manifestó.

Cabe indicar que el sistema no predice la ocurrencia de un sismo sino que, ocurrido un movimiento telúrico de gran magnitud, alerta con segundos de anticipación el momento que el área urbana será sacudida por las ondas sísmicas.

«Si el sistema de alerta hubiera funcionado en el terremoto de Pisco del 2007, la alerta para Lima hubiera llegado 40 segundos antes. Es como un aviso de que están en camino ondas sísmicas que sacudirán el suelo y eso ayuda a que la gente se ponga a buen recaudo».

Tavera dijo además que los terremotos son parte del proceso evolutivo del planeta y que la población debe entenderlos de esa manera para estar preparados, por ejemplo, participando activamente en los simulacros organizados por Defensa Civil.

Frente a un sismo

Ante un sismo, el IGP y Defensa Civil recomiendan ubicarte en las zonas seguras internas, verificando que sean accesibles, iluminadas y sin obstáculos. Practica agacharte, cubrirte o sujetarte para prepararte ante grandes sismos.

Si no podemos agacharnos, bajemos lo más que podamos y mantengámonos lejos de ventanas u objetos que nos puedan caer encima. Protejamos nuestra cabeza y cuello con los brazos. Además, revisa con toda tu familia los artículos de sus mochilas para emergencias. Si no las tienen, prepárenlas de acuerdo con sus necesidades. (Andina).

 

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