Vecinos pidieron a las autoridades que coloquen una caseta en la urbanización San Pedro. Ellos instalaron alarmas y cámaras de seguridad, pero no es suficiente y los asaltos continúan.
Viven atemorizados. Vecinos de la urbanización San Pedro, en Carabayllo, están desesperados por la inseguridad ciudadana, la misma que desde el 2020 se ha apoderado de sus vehículos. A la fecha, siete carros han sido robados cuando estaban estacionados en los exteriores de un condominio. Esta situación se ha replicado incluso durante el día.
Ante dicha ola de asaltos, los residentes del condominio Casas del Valle se han visto en la obligación de colocar alarmas. Justamente, estos equipos frustraron el arrebato de un automóvil el último jueves 6 de enero.
“En la parte externa tenemos cámaras de seguridad y estas han captado el accionar de los delincuentes. Los afectados han presentado sus denuncias, pero no han sentido presencia de la PNP ni nos han pedido los videos”, relató Daniel Savaleta, presidente del condominio, a La República.
Al respecto, los habitantes de Carabayllo les pidieron a las autoridades que coloquen una caseta permanente con Serenazgo en la zona, sobre todo en las noches. Esto beneficiaría y le daría un poco de tranquilidad a las 1.000 familias que viven en la urbanización.
“Los hampones vienen, observan internamente los vehículos. Hasta escogen qué carro quieren. Cuando ya iba a romper la chapa, los vecinos hicieron sonar la alarma”, añadió Savaleta, quien recalcó que la comisaría está a solo siete cuadras del condominio.
Delincuente ataca con cuchillo a adolescentes para robarles el celular
La delincuencia se ha extendido en todo el distrito de Carabayllo y prueba de ellos es que, hace unos días, un hampón amenazó con un cuchillo a cinco adolescentes que se encontraban sentadas en una vereda, muy cerca de sus viviendas.
A plena luz del día, el malhechor apuntó con el arma blanca a las jóvenes, quienes huyeron despavoridas. Sin embargo, una de ellas fue interceptada y amedrentada hasta que entregó su celular.
“Al ver a mi nieta que era atacada con un cuchillo, me desesperé y grité. Después de quitarle el celular, también ha querido quitarle la mochila porque pensaba que tenía algo de valor ahí, pero ella no se dejaba. Vi que la jaló del cabello y la arrastró. Lamentablemente, salimos muy tarde (los familiares)”, relató la abuela de una de las víctimas. (La República).