La aprobación en el Congreso del proyecto de ley que devuelve la posibilidad para que los estudiantes universitarios puedan acogerse al grado de bachillerato automático en forma permanente, eliminando, de esta forma, la exigencia del trabajo de investigación, motiva a hacer algunas reflexiones sobre la misión de la universidad.
Las funciones principales de la universidad son la docencia, la investigación y la responsabilidad social. Siendo el desafío más grande formar profesionales con competencias para la investigación y la innovación. Y estableciéndose en la propia Ley Universitaria que la producción de conocimiento y desarrollo de tecnologías se orientan a analizar y transformar la realidad en respuesta a las necesidades de la sociedad.
Este proceso formativo se da a través de diversos escenarios durante la vida universitaria, permitiendo que el estudiante genere habilidades para su permanente aprendizaje en toda la vida. No es posible que con un curso de trabajo de investigación al final de la carrera se logren este conjunto de competencias.
Lo que vamos a observar con esta modificación es el hecho de que se profundizará la diferenciación en el sistema universitario: por un lado, las universidades que tienen bien ganado un prestigio por la formación en investigación y, por el otro, las universidades que se enfocan en la emisión de grados o títulos.
Consideramos que la investigación es parte del proceso de enseñanza y aprendizaje, por lo que desarrollamos diversas estrategias que orienten a la investigación formativa, la interdisciplinariedad, la competencia en el manejo de la información y la resolución de problemas que contribuyan al desarrollo y competitividad del país.
Aquí voy a referirme al libro? La universidad light? (2019) de Francisco Esteban Bara. En este, el autor hace un análisis crítico y revelador de la formación universitaria actual y detalla que una institución universitaria exitosa es aquella que se parece mucho a una comunidad de buscadores de conocimientos, indagadores de lo mejor y localizadores de lo falso, exploradores de la mejor versión del mundo y de sí mismos. A diferencia de una formación universitaria ?light? en la que profesores y estudiantes se limitan a cumplir una especie de contrato en el que unos deben explicar y otros demostrar que han aprendido eso que se explica, perdiendo así la oportunidad de vivir la verdadera aventura que debería proporcionar la formación universitaria.
Las modificaciones a la Ley Universitaria la están desnaturalizando por completo. El ingenio de nuestros congresistas no tiene límite y tal vez desconozcan que los trabajos de investigación se colocan en un repositorio de acceso público que permite demostrar que el alumno ha cumplido con realizar su investigación y que, cuando estas se publican en revistas indexadas, mejora el impacto de la producción científica del país. Actualmente la producción indexada en el Perú representa apenas el 2% del total de América Latina, muy por debajo de países como Brasil (49%) y México (15%).
Por: Enrique Castañeda Saldaña – Rector de la Universidad Peruana Cayetano Heredia