PRONUNCIAMIENTO
(Llamado a los jueces del Poder Judicial)

El Ilustre Colegio de Abogados de Lima atraviesa una de las crisis más graves de su historia. La ilegitimidad que lo aqueja no puede continuar: un decano suspendido, Raúl Bladimiro Canelo Rabanal, se aferra al poder, desconociendo la sanción que lo aparta del cargo y creando órganos paralelos para imponer su voluntad al margen de la Constitución, la ley y nuestro Estatuto.

La abogacía debe ser respetada, pero ese respeto se funda en la observancia estricta de la Constitución y de las normas internas que nos rigen. Nadie está por encima de ellas. Quien las viola degrada al Colegio y erosiona la confianza de más de 100,000 abogados que lo integran.

Hacemos un llamado urgente a la justicia. Invocamos a jueces probos, independientes e imparciales a que, con la fuerza del Derecho y la razón, resuelvan de inmediato los procesos constitucionales iniciados frente a los abusos y arbitrariedades de Raúl Bladimiro Canelo Rabanal y de su junta igualmente sancionada. La justicia que tarda no es justicia; cuatro meses de espera claman por una decisión que restituya las garantías constitucionales y la ética en nuestra institución.

Los hechos son claros: la persistencia de Raúl Bladimiro Canelo Rabanal vulnera derechos fundamentales, sofoca la vida democrática del gremio y ultraja la institucionalidad que nos une.

Como advierte Rudolf Stammler, el juez no es un mero aplicador de normas, sino “un garante de la justicia material, que debe interpretar y decidir con imparcialidad y con base en un ideal de derecho justo”. Ese ideal se concreta en el cumplimiento de la Constitución y los valores de la sociedad que ella encarna, dotados de carácter normativo y fuerza obligatoria.

Exhortamos a los órganos jurisdiccionales a actuar con prontitud y firmeza. Los jueces, garantes del derecho justo, no pueden permanecer indiferentes: deben resolver estos casos, restablecer la legitimidad del Colegio de Abogados de Lima y dejar claro que ninguna arbitrariedad está por encima de la Constitución ni de los principios que rigen nuestra profesión.

Como lo recuerda la tradición jurídica anglosajona:

“Justice delayed is justice denied” —la justicia que se retrasa es justicia denegada.

“A judge must not merely manage a docket, but deliver justice” —el juez no debe limitarse a administrar un expediente, sino a impartir justicia.

Hoy más que nunca, la sociedad y más de cien mil abogados confían en los jueces del Perú para que, con imparcialidad y justicia, emitan una decisión ejemplar que restituya la institucionalidad y la ética que el Colegio merece.

Lima, 24 de septiembre de 2025.

Deja una respuesta