Luz es una madre de familia de 56 años que vive con el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) y viene recibiendo tratamiento en el hospital Arzobispo Loayza. Como muchos pacientes a nivel nacional, sufre por la inoportuna entrega de los medicamentos para luchar contra esta enfermedad. Ella recibió su medicina el 13 de agosto, pero con fecha a vencimiento próximo.“Me lo dieron y me dijeron, señora, tiene que tomarlo sí o sí, porque vence en este mes. Entonces, yo le dije, o sea, me están dando un medicamento que va a vencer. Entonces, ahora tengo cita el día 16 (de setiembre) posiblemente para que me cambien de esquema por el tema que no hay este medicamento. Entonces, los pacientes ya tenemos una dificultad”.


Este esquema puede consistir en tres, cuatro o un solo medicamento; en el caso de Luz, es uno al día. Pero el cambio de esquema por la falta de medicina contra el VIH puede generar otros problemas de salud. Luz cuenta que tomó por 14 años un determinado esquema, pero tuvo un efecto. “Me retiró mucho la masa muscular de la cintura para abajo”.

Pacientes abandonan tratamiento


Entonces, le cambiaron a otro esquema, pero a los tres años le activó la osteoporosis y la artrosis. Ahora con un nuevo esquema le va bien, pero debe tener cuidado en su alimentación porque se le puede subir la glucosa.

“Yo tengo familia diabética. Entonces tengo que tener mucho cuidado en mi alimentación. No consumir harinas, ni azúcares porque me va a afectar. Entonces tengo que balancear la comida para que no me pueda afectar o eleve mi nivel de glucosa. Entonces no es fácil para nosotros estar en un tratamiento porque también tenemos que aprender a investigar lo que tomamos”, refiere.


En el caso de la selva, es más difícil que los medicamentos lleguen a tiempo. Y como consecuencia, hay personas que abandonan el tratamiento. En Ucayali pasa eso. Félix es un psicólogo y activista de 38 años que vive en esta región y cuenta que en el hospital Amazónico de Yarinacocha siempre hay problema de desabastecimiento.

En estas fechas ya se debieron entregar las medicinas para el cuarto trimestre en este hospital, pero no se han dado debido a retrasos en el envío de Lima a su región. Mientras tanto, el Minsa envió un stock de medicinas que dura un mes hasta que ingrese el lote del cuarto trimestre. “En el caso de Yarinacocha la entrega es por carretera, pero hay zonas más alejadas a las que se tiene que llegar en avión, por ejemplo, para Purús o Atalaya. Muchas personas con VIH son pescadores, se meten al monte para no ser discriminados y por estos retrasos dejan de tomar el tratamiento”. En su caso, él se fue al hospital de Yarinacocha en junio y le dieron medicinas por dos meses, ya le falta poco por acabar. Está esperando la llegada del lote del cuarto trimestre.Mientras tanto, toma medicamentos que le quedaron de la pandemia.

¿Por qué ocurre?

Recientemente, la magistrada Sara Meza Soria del Primer Juzgado Constitucional Transitorio de la Corte Superior de Justicia de Lima declaró fundada la demanda de cumplimiento presentada por un grupo de ciudadanos y ordenó al Ministerio de Salud (Minsa) a dar cumplimiento la normativa que garantiza el abastecimiento y entrega gratuita de los medicamentos de primera línea (Tenofovir +Lamivudina + Dolutegravir), para el tratamiento del VIH a nivel nacional.


Susana Chávez-una de las denunciantes- explicó que este problema de desabastecimiento es recurrente. Esto tiene que ver con una deficiente programación de compras y con el poco interés que le pone el Minsa con la disponibilidad de recursos. Además, es consecuencia del cambio continuo de responsables del Cenares (Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud).

explica que, aunque el medicamento le venga un mes después, el impacto de no haber usado en el momento que lo necesitaba, los expone a que se le bajen las defensas, a que su capacidad de respuesta disminuya.


Para dar algunos datos, Givar, que es una organización que vela por el derecho de la medicación de los pacientes con VIH, identificaron 179 denuncias de desabastecimiento a nivel nacional en el 2023, en el 2024 unas 98 y en lo que va del 2025 un total de 118. En su mayoría en establecimientos del Estado de Lima, La Libertad, Lambayeque.


“Por ejemplo, en Amazonas, donde la situación de VIH, especialmente en las comunidades indígenas, es muy grave. Por ejemplo, allí se encontró que se habían prescrito 32 millones de medicamentos, de insumos, porque es una combinación que se utiliza. Pero solamente se han entregado el 10% de los medicamentos que se necesitaban”, explicó Chávez.


“Luego, por ejemplo, se ha encontrado que, en Loreto, 125 establecimientos tenían un desabastecimiento de más del 20%. En algunos casos, algunos de estos establecimientos tenían un desabastecimiento de casi el 90%”, agregó.

Respuesta del Minsa


En respuesta a la demanda judicial, el Minsa negó que no cumpla con garantizar el abastecimiento. Además, el sector respondió a este diario que ofrece tratamiento gratuito para las personas que viven con el VIH desde el año 2004, a nivel nacional.


“En la actualidad se entregan tratamientos nuevos como el TDL, que en una sola pastilla junta a los medicamentos Tenofovir + Lamivudina + Dolutegravir, facilitando la cobertura total en la salud de los pacientes. El Minsa garantiza el abastecimiento oportuno y entrega de los medicamentos, según esquema, a todos los pacientes que viven con VIH”.


Al respecto, el exministro de Salud, Víctor Zamora, señala que el incumplimiento de la norma pone en riesgo la vida de los pacientes.
“Cuando se les retira el medicamento de probada eficacia y que les prolonga la vida a estas personas lo que se les está condenando es a la muerte y a la pobreza porque estas personas cuando no pueden encontrar el medicamento que obligatoriamente el ministerio debe repartir tienen que usar sus fondos para sus ahorros, sus platita que a veces no alcanzan para comprar estos medicamentos”.


Y los grupos más afectados por el incumplimiento del Minsa son: hombres que tienen sexo con hombres, la población trans y las comunidades nativas, porque la epidemia en el Perú está concentrada en esos tres grupos.


“Si bien la epidemia no está aumentando en el Perú, está controlada en la población general. Pero sí se mantiene muy activa en estos tres grupos, en hombres que tienen sexo con hombres (HSH), especialmente las poblaciones más pobres, más desprotegidas, por ejemplo, las cárceles en el Perú. Segundo, la población trans que, por razones de la marginación social en la que viven, se ven obligadas a tener hacer trabajos sexuales, porque no les dejan hacer ningún trabajo en ningún otro lugar”.


Y hay esta falta de entrega oportuna debido a la indolencia del Estado, la descapitalización técnica y por la falta de liderazgo frente a las regiones, refiere Zamora. “Todo el sistema de abastecimientos de medicamentos en el Perú, en el sector público, se ha debilitado de manera extrema durante este gobierno. Porque se ha descapitalizado de profesionales, o sea, los profesionales que sabían hacer esto, han sido desplazados por gente incapaz, antitécnica”.

Por: Jesica León

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